Nos encontramos una vivienda con 91 años de antigüedad, en un lugar privilegiado de la capital, cuyo último uso había sido el de escuela infantil y a la que le teníamos que dar un giro conceptual.
Para conseguir dotar a la vivienda de mayor habitabilidad, se interviene de manera radical cobre la estructura, demoliendo y reforzando en determinados puntos para generar nuevas comunicaciones o espacios, como por ejemplo en la planta baja, donde se eliminan todos los muros y tabiques portantes consiguiendo un espacio prácticamente diáfano.
Se rehace la cubierta por completo, sustituyendo la antigua estructura de madera por nueva madera laminada, también las fachadas, aislando térmicamente con un sistema tipo SATE.
La vivienda está compuesta por una planta baja prácticamente diáfana con una terraza y la cocina separada por dos grande puertas correderas, una planta primera con los dormitorios familiares y la zona de aseos y un semisótano vividero que puede utilizarse como apartamento independiente al cual se le dota de luz mediante un patio ingles en por la parte trasera de la vivienda.
mayo 15, 2018
Residencial