Donde antes había unas ruinas de adobe irrecuperables, ahora encontramos una vivienda unifamiliar de dos plantas con cubierta a un agua y salón a doble altura.
El programa de la vivienda consiste en una planta baja con dos amplios dormitorios, un baño completo y un salón con doble altura y cocina integrada, mientras que en planta alta encontramos un gran dormitorio, un trastero y una sala de estar con vistas al salón de planta baja.
Se eligió como estructura portante la termoarcilla con pilares de acero, forjado tradicional de hormigón y cubierta de madera.
Se reviste al exterior de mortero artesano de cal con zócalo de piedra caliza y cubierta de teja mixta. En el interior, las líneas rectas, el vidrio y el blanco dominan y un sistema de suelo radiante acabado con gres en crema y chocolate, junto con el hogar de leña, le aportan a la vivienda el toque cálido y acogedor que necesita.
La doble altura con el módulo de la chimenea como hilo conductor entre las dos plantas y la cubierta de madera vista a un agua, confiere a la vivienda un aire moderno en un conjunto rustico. Al igual que su exterior, que sin impactar en el entorno, destaca sobre el resto por estética y diseño.
febrero 28, 2018
Residencial